“YO HE VENCIDO A LA MUERTE”
¡ESTO HA DICHO AQUEL QUE ESTÁ ETERNAMENTE VIVO!
IMITADLO, AFRONTANDO CON REAL DIGNIDAD Y CON SAPIENTE AMOR LAS VICISITUDES DE LA VIDA Y DE SU VERDADERO SIGNIFICADO.
EL BIEN, LA FRATERNIDAD Y EL OFRECIMIENTO INCONDICIONAL DE LA PROPIA VIDA PARA VUESTRO PRÓJIMO SEAN LA LINFA DE VUESTROS CORAZONES CORONADOS DE AMOR Y DE PAZ.
LA JUSTICIA SOSTENGA SIEMPRE CON SABIDURÍA LOS PILARES SOBRE LOS QUE SE APOYAN LOS DERECHOS Y LOS DEBERES DE LA SOCIEDAD HUMANA EN CONTINUA ASCENSIÓN HACIA LA CONQUISTA DE LA SUPREMA VERDAD.
SED HUMILDES Y MANSOS Y SOLICITAD A VUESTRAS ALMAS LA FE QUE MÁS QUE CUALQUIER OTRA COSA PUEDE VOLVER SOLIDAMENTE LIGADA VUESTRA NATURALEZA HUMANA Y AQUELLA DIVINA.
¡SED FUERTES Y VALEROSOS Y NO TEMÁIS!
LA VERDADERA RIQUEZA ESTÁ DENTRO DE VOSOTROS CON LA LUZ QUE VIVIFICA Y VUELVE INVENCIBLES E INMORTALES.
SI SERÉIS ASÍ, TAMBIÉN VOSOTROS VENCERÉIS LA MUERTE Y VIVIRÉIS EN ETERNO EN EL AURA DE LA BEATITUD.
DEL CIELO A LA TIERRA.
Eugenio Siragusa
1 ENERO 1981
