DEL CIELO A LA TIERRA
He escrito el 30 de octubre de 1990 a las 10.45 horas.
Mi Verdadera Patria está gobernada, primero por la Justicia y después por el Amor.
Ya lo he dicho y escrito: “NO PUEDE HABER AMOR SIN JUSTICIA”.
La Justicia es el Pilar Fundamental sobre el cual se apoya solemnemente el Amor, la Fraternidad y la Alegría di vivir.
Sin Justicia, hay el caos, la disolución, la degeneración, la violencia y otras fechorías cotidianas.
Ser Justos, significa, respetar la Leyes del padre Glorioso, traídas a la Tierra por un Mensajero Suyo. Por un Genio perseguido y matado por exceso de misericordia, por no haber puesto en practica los deseos del Padre: “Quien con espada hiera, con espada perezca”. “Ojo por ojo, diente por diente”.
Yo intento no desobedecer y no soy misericordioso con quien está contra la Ley del Padre Celeste y por esto soy y seré un sediento de Justicia, y espero con impaciencia que Justicia sea hecha.
Espero, por consiguiente, espero que los asesinos de la Vida, de este mundo, sean segados y desterrados al torbellino de la Segunda Muerte.
Espero que la Ley del Amor más grande de todos los Amores encierre, para siempre, en las vísceras de las tinieblas al mal, para que el Paraíso Prometido se vuelva una realidad para los niños deseosos de Paz, de Amor y de Alegría de vivir.
Por ellos, sobre todo, deseo ardientemente la Justicia de Mi Padre y Padre de todos aquellos que lo asemejan, lo aman y lo sirven así como ÉL quiere ser servido.
DEL CIELO A LA TIERRA
Eugenio Siragusa
Nicolosi, 30 de octubre de 1990
